martes, 28 de junio de 2016

Introducción y Resumen del Libro "Un Maestro" de Guillermo Saccomanno

Introducción

Para este trabajo, correspondiente a la materia de Psicología Educacional, se nos han ofrecido varios libros de los cuales debiamos seleccionar uno para analizarlo utilizando como punto de apoyo los materiales estudiados a lo largo del cuatrimestre. Hemos decidido basarnos en el libro biográfico "Un maestro", escrito por Guillermo Saccomanno acorde a los relatos de un conocido suyo llamado Orlando Balbo.
Primero, a modo de presentación, nos gustaría comentar
Guillermo Saccomanno es un escritor y guionista de historietas nacido en el barrio de Mataderos en 1948. Ha recibido varios premios por sus obras; entre ellos el Premio Crisis de Narrativa Latinoamericana, el Primer Premio Municipal de Cuento y el Premio Rodolfo Walsh.
Orlando “Nano” Balbo es un militante y maestro nacido en Pellegrini, hijo de inmigrantes italianos peones de campo. El 24 de marzo de 1976, a pocas horas de comenzada la dictadura militar, es detenido por un grupo de tareas liderado por Raúl Guglielminetti. Debido a la tortura recibida esa misma noche en la comisaría de la Federal en el centro de Neuquén, sufre un daño irreparable a la audición.
Se conocen por primera vez en 1969 cuando les tocó hacer la colimba en un cuartel de la Patagonia. Se distanciaron y no retomaron contacto hasta el 2008, cuando de casualidad Saccomanno, quien había dado por desaparecido a Balbo, en una Feria del Libro en San Martín de Los Andes se encuentra con un conocido en común que le informa que seguía vivo. Al pedir número de contacto, se le informa que mejor es comunicarse por mail, ya que el maestro había quedado sordo producto de la tortura.
Desarrollo
El Libro “Un Maestro”  refleja las ideas de Saccomanno  sobre el fracaso escolar y la enseñanza de valores. Lo que el Maestro Balbo intenta explicar es que dentro de su rol como maestro el podía conseguir “que los pibes aprendieran que en la escuela habia normas que cumplir pero no respetar. Que fueran solidarios, que no compitieran entre ellos como les enseñaba la calle. Aprendieron a leer un poco mas, leíamos cosas que a mi me parecía que podían atraerles. “ (Saccomanno, pag. 81) Lo que a el le interesaba era que aprendieran hábitos que les sirvieran para la vida. Esto se puede relacionar al curriculum moral mencionado en el texto “La construcción del éxito y del fracaso escolar”. El curriculum moral se refiere a los objetivos denominados “no coginitivos” como el orden, limpieza, educación, servicialidad, espíritu de cooperación, respeto de la propiedad, no violencia, etc. Todos esos aprendizajes son necesarios tanto para la escuela como fuera de ella. (Philippe Perrenoud, pag 19).  El maestro tenía una pedagogía que estaba mas relacionada con la escuela nueva ya que el consideraba los intereses de los alumnos y su forma de enseñar no era autoritaria. Este concepto de la “escuela nueva” se refiere a una manera paidocentrica de enseñar , es decir, “centrada en el niño, por el que siente un respeto máximo, al que se pretende hacer justicia, y fundamentada en la actividad infantil, en las necesidades, intereses y aspiraciones del alumno, a las cuales debe ajustarse todo el proceso educativo. “ (Maria del Mar Pozzo Andres, 198) Lo que el maestro Balbo hacia era que cuando la atención en el aula decaía, el sacaba a los pibes al patio. El decía “Mis alumnos tenían recreo cuando lo necesitábamos, no cuando lo determinaba el horario. Porque cuando un tema les interesaba preferían saltear el recreo” (Saccomanno, pg. 81). Esta acción del maestro nos demuestra que el “tiene en cuenta las preferencias y resistencia de sus alumnos en la selección de las actividades” (Perrenoud, pag. 11). En lo que concierne al aprendizaje, el maestro Balbo sabía que era muy importante que sus alumnos tuviera el deseo de aprender y que no se sintieran amenazados. Este concepto se puede relacionar con las ideas de Freud explicada en el siguiente fragmento:                                                                                                                    “Freud presentaba la posibilidad de comenzar a aprender, a educarse, y en suma, a entrar en una cultura a través del concepto de la sublimación de la libido. Esto significa que el niño acepta sublimar-o negociar, podríamos decir-una parte de su libido, de su energía vital, de su deseo… Pasa entonces de una posición autocentrada llamada libido narcisista, a una preocupación y a una atención dirigidas hacia el mundo exterior que Freud llama libido objetal. Una parte de este proceso permite a los pequeños asumir su humanizacion como un devenir. Dicho pasaje es desconceptualizado por Freud bajo el nombre de pulsión epistemofilica: este término designa la capacidad del niño de desear aprender, consagrando una parte de su libido a los objetos del mundo que debe aprender, comprender y habitar” (Benasayag, Miguel y Schmit Gerard, 47)
Al estudiar el aprendizaje en los niños, el constructivista Lev Vigotsky desarrolló la teoría Histórico-Cultural de las Funciones Superiores. En ésta misma, describe la idea de la actividad mediada, es decir, que a través de la interacción social nos permite producir signos y herramientas que serán utilizados para la construcción del aprendizaje.
Muestra especial interés en los niños con discapacidades (sordos, ciegos, con Síndrome de Down, etc.) mezclándolos con niños sin dichas dificultades, dándoles una misma tarea a todos y estudiando cómo interactúa el grupo y como se consigue un aprendizaje.
Es así, como crea el concepto de Zona de Desarrollo Próximo, que es la distancia entre el nivel real de desarrollo y el nivel potencial de desarrollo. Entendemos por el “nivel real” a las actividades que el niño es capaz de realizar por sí mismo valiéndose de sus conocimientos y habilidades previas a la actividad, sin ayuda de un agente externo. En cambio, el “nivel potencial” es aquél al que un niño sólo puede acceder gracias a la ayuda de un adulto (por ejemplo; el maestro) o un compañero más capaz. Entonces, alcanzar la Zona de Desarrollo Próximo, es cuando el niño menos capaz del grupo consigue convertir su nivel potencial en real. Simplificando, el aprendizaje se logra cuando se consigue realizar individualmente aquella actividad que sólo era lograda en un ambiente social, con ayuda de otra persona. Para lograr dicho aprendizaje, el niño deberá utilizar como punto de apoyo, no sólo el ambiente social, sino sus conocimientos previos que le brindarán la base necesaria para adquirir el nuevo conocimiento.
Ahora bien, dentro del relato en primera persona realizado por Orlando “Nano” Balbo, también referido en varias ocasiones como “el maestro”, nos demuestra la importancia que le brinda al concepto descripto con anterioridad.
De manera casi inmediata, al comenzar su carrera docente siempre priorizó los antecedentes de sus alumnos, sus historias previas y los conocimientos con los que ya contaban. Una vez que tuvo una clara visión de en qué punto de sus capacidades se encontraban los niños a su cargo, comenzó a brindarles las herramientas y la ayuda necesaria para conseguir un aprendizaje óptimo de su parte.
Al verse enfrentado a un grupo de niños descriptos como “delincuentes” por la directora de la escuela y quién le advirtió que no debía ni hacer un esfuerzo por ellos ya que no podrían aprender, el maestro descubre que no eran precisamente unos analfabetas que jamás podrían adquirir ninguna clase de conocimiento. En sus propias palabras; “Los diarios los leían. Eran pibes con mucho saber, pero no el escolar. Un saber de la experiencia, no marcado por la normativa de un ministerio.” (Un maestro; página 80) y “Estos pibes se comunicaban por escrito. Tenían errores gramaticales. Pero se comunicaban, se expresaban. También habían aprendido matemáticas, porque el mundo del trabajo se lo exigía.” (Un maestro; página 81).
Es así, con una acción tan simple como lo es tener la consideración de conocer a sus alumnos que descubre que éstos niños eran capaces de aprender, sólo que nadie había podido enseñarles. Balbo toma los conocimientos con los que los niños ya contaban, con su zona de desarrollo real y busca la manera de modificarlos, perfeccionarlos hasta alcanzar un aprendizaje más enriquecido. Al principio valiéndose de la asistencia de su maestro y, con esfuerzo y dedicación, consiguen dominar saberes que nadie más creía posibles dadas las condiciones en las que se encontraban. “Pero teniendo en cuenta que el proceso educativo debe tomar como punto de partida tanto como de llegada la realidad del chico para que pueda aportar a su crecimiento.” (Un maestro; página 208)
Pero éste concepto no sólo es aplicable en los niños. De hecho, al trabajar alfabetizando a los adultos del pueblo mapuche, Balbo utiliza ésta misma técnica para conseguir los resultados esperados. Combinando su experiencia en Italia, donde confiesa pensar las frases en español y luego traducirlas al italiano para comunicarse, y los conocimientos del poblado mapuche del español, ya que por la represión sufrida por dicha cultura años atrás no se sentían en libertad de hablar en su lengua nativa y se sentían obligados a hablar en “castilla”, que es un punto intermedio entre el mapuche y el castellano, que no habían aprendido correctamente. “Mitad en broma, mitad en serio, me transmitían los rudimentos del mapuche. Y pude aprovecharlos para mejorar la enseñanza de la lectoescritura de esa <<castilla>> que hablaban y conserva mucho de la traducción literal del mapuche.” (Un maestro; página 176).
Desde otra perspectiva, también se puede estudiar los métodos utilizados por el maestro desde el punto de vista de "hombre de la calle" hasta "hombre científico". Si consideramos al hombre de la calle como un ser que únicamente busca aprender lo que le resulta útil en ese mismo momento sin ninguna otra consideración, entonces podemos afirmar que los alumnos de Balbo, tanto los niños de la escuela primaria como los adultos del pueblo mapuche, habían adoptado ésta ideología. Ninguno de ellos buscaba realmente un aprendizaje comprensivo, se conformaban con poseer los saberes necesarios para subsixtir y trabajar.
El "Nano" Balbo, en cambio, busca la manera, con cada grupo de alumnos en cada etapa de su historia, de que adquieran conocimientos que les servirán a largo plazo. El estilo de conocimientos que, quizás, parezcan inserbibles al momento en que se aprenden, pero que en un futuro (ya sea cercano o lejano) podrían resultarles útiles. En otras palabras, siempre se ocupó de que sus estudiantes se convirtieran en hombres científicos, seres racionales.

Conclusión
El libro biográfico “Un maestro” no sólo narra una historia de vida y lucha. Brinda un ejemplo de valentía, de supervivencia, de defender los ideales de cada uno sin importar quien se oponga a ellos; y nunca dejarse reprimir.
A través de su historia, el maestro Orlando Balbo nos enseña que, no sólo es posible superar las adversidades sino también se puede aprender de ellas y, a su vez, utilizarlas para enseñar.
Si bien es posible analizar su historia, tanto personal como educacional, desde un punto de vista pedagógico, uno no debe perder de vista el ejemplo de coraje que se encuentra detrás de cada relato.
Bibliografía
·         “Un Maestro. Una historia de lucha, una lección de vida” – Guillermo Saccomanno, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C., 2014.
·         “El desarrollo de los procesos psicológicos superiores” – Lev Vigotsky, Librería Paidos
·         “Enseñar: crear zonas de desarrollo próximo e intervenir en ellas” – Javier Onrubia
·         “La construcción del éxito y del fracaso escolar. Hacia un análisis del éxito, del fracaso y de las desigualdades como realidades construciidas por el sistema escolar” - Philippe Perrenoud, Fundación Padela Ediciones orata S.L.
·         "Del deseo a la amenaza" - Benasayag, Miguel / Schmit, Gerard, 2010

·         "El hombre de la calle, el científico y el alumno: ¿un sólo constructivismo o tres? - María José Rodrigo, 1997

No hay comentarios.:

Publicar un comentario